Establece Claramente el Uso Autorizado del Inmueble y Evítate Sorpresas
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La casa de Dora (la arrendadora) se encuentra ubicada en un fraccionamiento residencial. Es una casa bonita, blanca, de dos plantas, con balcón, jardín y cochera para dos coches. La tiene bastante bien cuidada y por eso cuando la quiso rentar, tuvo varias personas interesadas. Una de ellas quería poner las oficinas de su negocio en el inmueble. Dora tuvo que negarse a rentarle la casa a esa persona porque el uso autorizado del inmueble no era el establecimiento de oficinas.
Mas tarde llegó Macario (el arrendatario) y el sí estuvo de acuerdo en tomar la casa para vivir en ella con su familia. Dora y Macario se entendieron mejor y por ello firmaron el contrato de arrendamiento.
Definir claramente el uso autorizado del inmueble que se renta es muy importante dentro del contrato. Si bien al rentar, el rentero le transfiere al arrendatario el uso y goce temporal de la cosa, también es cierto que el rentero continúa siendo el dueño y, por ello, tiene todo el derecho de autorizar o negar ciertas actividades dentro del inmueble. Si el arrendatario viola el uso autorizado, estará en incumplimiento del contrato y el arrendador podría buscar la cancelación (rescisión) del mismo.
Uso Autorizado y Uso Prohibido
Tan importante puede ser establecer el uso autorizado como establecer los usos prohibidos en el contrato. Al redactar su contrato, Dora tiene muy presente cuando le comenté que, por regla general, los particulares podemos hacer todo aquello que no esté expresamente prohibido por la ley (o en este caso, el contrato de arrendamiento) mientras que ls autoridades de gobierno solo pueden hacer aquello que la ley expresamente les permite. A esto se le llama el principio de legalidad.
Con lo anterior en mente, cuando asesoré a Dora, le sugerí que no solo mencionara en su contrato que el uso autorizado del inmueble era el de casa-habitación, sino que también pusiera en el contrato que Macario (el arrendatario) tendría prohibido establecer en el domicilio cualquier tipo de negocio comercial u oficinas.
¿Y si se trata de un local comercial?
Te preguntarás que qué sucede cuando el inmueble si pretende usarse para un negocio... bueno, en estos casos mi sugerencia sería que en el contrato establezcas qué tipo de negocio es el que estará autorizado y cuales estarán prohibidos.
Por ejemplo, si Dora tuviera un local comercial y quisiera rentárselo a alguien que quiere poner una dulcería, pues así lo podría establecer en el contrato. En cuanto a los usos prohibidos, Dora pudiera mencionar que estará prohibido operar un negocio donde se comercialicen productos flamables, peligrosos o que atenten contra las buenas costumbres y, de esa forma, protegería su patrimonio al evitar que en local se vendan productos peligrosos o bien, que el inquilino haga negocios indecentes.